MADRUGADA
Noche funambulista
fugaz y fúnebre
bajo luces incoloras inconexas que incomodan
yo deambulo.
Junto a sombras que resbalan jalan
de la baba de la luna que ríe idiota
ebria de estrellas y querellas de enamorados.
Desde la calle raye de estirpes
veo su alcoba que arroga adoba mi alma todavía
donde sin conde ronde muerde vampira
donde me embriagó anudó
me regateó el alma a cambio de poses
de roces precoces de almohada alerta.
Arriba flamea su sonrisa muerta puerca cruenta
aún la veo.
Me alejo sin dejo ni complejo
deambulo
mulo rudo
un poco más
bordeo hogares…
Por sus hendijas
prendos como cerillas
se esfuman los hijos
rumbo al masoquista juego de la noche.
Buscan el broche al descorche
la troche y moche en el coche
con máscaras cáscaras sudoríparas
de huérfanos dolorosos
arlequines y putas.
Buscan yunta corriendo la liebre
huyendo la yuta
desorbitados proyectiles por la ruta
con mambos irresistibles y yuxstapuestos
festejándose los mocos entre pocos
ahogados en el semen plebeyo
de la cerveza ilesa.
Deambulo
ambulatorio velatorio
un poco más
a ritmo de veleta pispireta
de zancudo zaguán.
Entreveo noche virgen cruzando la cochera
otra más
plena de estelas
fumando bajo marquesinas
cubierto en la soledad de mi estera
el espacio del poema
nunca la concha
apocalíptica.
De ANIMALADA, 2017.
El dibujo es 'Gauchito tristón', también de mis manos.
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