viernes, 25 de agosto de 2017

SIN RUMBO


¡Ay!
Me quejo y campaneo ¡ay! ¡ay!
¡Ay!

Deambulo en mi sola queja convento
me arrumbo sin rumbo mamerto
a mambo lento.

Bajo pendientes rocosas jocosas
perdiendo los dientes palpándome el vientre
rasgando.

Me muerdo la sombra me musgo el espejo
me veo de cerca y de lejos reflejo perplejo dónde
voy ¡Ay!

Lamento stacatto en brotar permanente.

Lamento me meto
en mi cuerpo peleo reo
cargao acorcovao
con las articulaciones detonadas de oraciones
acumuladas acciones no
dadas dón
de ¡Ay!

-epidermis en profunda hoguera es
mi voz la hoz de mi propia garganta
¿qué te haces la santa sepulturera?-

Me freno febril y adopto fabril mirada:
Enfrentaré mi desgracia con ansia
sacudiré de mis venas la ajena
techare mi pecho y sus vericuetos
y alzare las vertebras en harta torre.

Parto a la noche con el hocico en alto
con el cuerpo harto de centrifugar
y me lanzo al filo sin sigilo.

Portazo vivo ¡remisazo!
a ver si atajo raigambre alguna
a los ponchazos ponche liberá el tinto
¡Relincho!

Avaro mamo cigarro sin tregua.

Me humeo la entraña me ensudo las medias
me hago ‘e cigüeña y me bautizo
con una tuca roedora de piso.

Entre tole y tole junto maraña
y me arrojo a lo araña sobre la muchería.

Las camaradas me fletan a pestañazos
me filetean lejos de su regazo
me ríen la jeta y la chamuscan
con el kerosén zarpado de la vergüenza.

Ya más negro que el hoyo
me empilcho y heraldo erguido a me’ia asta
al lengüetazo del solazo me salgo.

Y maldiciendo de mis labios mis propias patrañas
el cardumen de babia que me disipa
me como mi roña diaria y me catapulto
a la tumba dominga de mi catre maltrecho.


De ANIMALADA, 2017
Ilustración de Camila Wulach