NOCTURNO
Remo en la noche una vez más, ladeo
hacia la izquierda:
¡premura, trueno, naranja, puñal,
cabellos!
Una vez más, ladeo hacia la derecha:
¡galope, refucilo, violeta, frutal,
saliva!
Remo en la noche, sostengo las
velas y marcho, revisto de sombras la esquina, avanzo,
un bar mil bares en la media
cuadra, desearía que suene un tango, desearía
parroquianos, distraigo hacia
encima: la luna.
La luna hacia la izquierda
y a la derecha la farola encendida
en mercurio exaltado
orinando su ámbar sobre el
empedrado
esta otra mentira
el asfalto
falto
y un par de coches que se pierden
en su fila.
Remo en la noche, una vez más,
tequila
su rumor florece en la garganta mía
bolsillos dónde el fuego, el
cigarrillo,
lo he dejado, ya no fumo, largué el
humo
respiro.
Aire cargado, aire denso, desde la
luna hacia abajo, una
brisa como un verso, una selva en
diagonal plateado, un verso
y yo no quiero luna ni aire denso,
sólo un beso un beso un beso
de tu bocabocaboca
pero no estás, no, hacia izquierda,
tampoco, hacia derecha, siquiera.
Remo por la vereda, no
que no,
que no despunte el sol todavía,
falta fantasía, sobra ansia y
rancia marcha en la negrura,
noche plenilunar, noche de romería,
dónde
la fiesta todavía, dónde
lucir este vestuario, este
esqueleto y sus
veintitantos años, cargado como un
rifle,
en vano apuntando, en vano,
en vano desfile, desfilo, me saco
filo,
nada, nada, dónde,
un hilo, nada.
Remo en la noche, contra el alba
todas las fichas para hoy, todo el
perfume
toda la noche remada, toda
encimada,
mi saliva alcoholizada, mi mirada
trunca, mi alma barricada, un coche
a lo lejos, una risa de mujer
¿de mujer?
un coche a lo lejos.