domingo, 5 de marzo de 2017

FALSOS FEMINISMOS






"Yo dije “soy feminista”, pero muchas nos dijeron “vos tenés un pene”. 
Fui muy insultada dentro del feminismo y eso te duele más 
porque no lo esperás de este sector. He recibido insultos gruesísimos."

LOHANNA BERKINS


El feminismo; esta praxis histórica, diversa, en creciente amplitud mediática desde hace algunos años; muchas veces le sirve a personas de escudo argumental para manifestar sus resabios machistas.
Voy de nuevo: hay personas, que se autoproclaman feministas, que se agrupan en colectivos feministas y comparten textos feministas y luchan por causas feministas, que son profundamente machistas.
Voy de nuevo: todxs somxs profundamente machistas, nuestra matriz sociohistórica nos atraviesa, somos entonces la acción que tomamos a partir de ser concientes de esa situación. He ahí el feminismo. 
Lo que intentaré poner en cuestión concretamente es que hay prácticas sumamente machistas que se dan dentro de colectivos marcados como feministas que no logran repensarse a sí mismos.
Creo que hay que ser capaces de dar el debate DENTRO de los colectivos, de poder discutir muy seriamente cuestiones que se dejan de lado y se naturalizan por constituirse en lo políticamente correcto dentro de la supuesta incorrección. Y ésta palabra no es casual porque a veces termina siendo la punta de lanza de la supuesta pertenencia al movimiento. 
Lamentablemente, para algunas personas, el feminismo se ejerce como un mero gesto de rebeldía, un malentendimiento de lo punk, una vía de expresión de una adolescencia tardía.
Por supuesto que no esta no es una responsabilidad del feminismo, pero sí un tema que le atañe. 
Son los reveses que surgen en organizaciones que dicen practicarlo, en sujetxs que construyen discurso desde esa posición, que embanderan las mismas causas. 


1 "PIJA VIOLADORA A LA LICUADORA"


Este slogan, este leitmotiv que muchas veces se enarbola en marchas, que se pinta furiosamente sobre las iglesias, que se grita a los "machirulos", ¿Qué está diciendo?
Pongamoslo sobre la mesa.
La primer palabra es "pija". Un órgano genital que la ciencia ha considerado históricamente como atributo de la masculinidad, que ha sido -y es- hegemonía del discurso simbólico con su carácter de "falo" y que define, en la concepción binarista heteronormada y transfóbica, el género de un individuo.
La "pija" en esta frase es la violadora, ese órgano sin capacidad de pensamiento, es ¿quién? viola.
Esta simplificación de lo complejo que es un acto de violación es sofocante. 
No hay persona pensante detrás de esa frase, no hay una conciencia atravesada por una historia, es una fetichización por la negativa. 
Mano que roba se corta, pija que viola se licua. 
Detrás, las personas. Detrás, lo complejo. 
Y en realidad lo realmente transformable.
No puedo dejar de pensar en Effy Beth a la hora de escribir estas reflexiones. Effy dedicaba harto tiempo de su artivismo en repensar las categorías de la heterosexualidad y del hombre. Entendía que la marginalización dentro de las luchas diversas y feministas de pensamientos profundos sobre éstos temas, de posibles construcciones teóricoprácticas alrededor de cuestiones que atañen a esas categorías, era una zona urgente de trabajo.
Ella contaba de una campaña contra la violencia de género cuyo lema era "Sacale tarjeta roja al maltratador" y su posicionamiento era bien claro: esa campaña es marginadora y termina por no discutir a fondo el machismo. Machismo que es inherente al maltrato. 
Effy se hacía preguntas tales como qué es lo que lleva a un hombre cisheterosexual a prender fuego a la mujer cis heterosexual que presuntamente ama, qué es lo que atraviesa su subjetividad de un modo tal violento que no encuentra otra forma de resolución que esa. 
Detenerse en el agresor y en su castigo, que el fin último sea licuar genitales, me resulta de un infantilismo ideológico aterrador. Sin embargo entiendo la raigambre de este tipo de pensamiento. 
Aunque me cueste comprender que las mismas personas -universitarias, clase media, psicoanalizadas- que comparten frases de Foucault y que han tenido contacto con su obra y la valoran compartan su apoyo al linchamiento público de violadores, aunque me parezca absurdo que frente a situaciones de abuso de menores lo único que pretendan sea la represalia al sujeto, esta demonización y este modo de posicionarse tienen una clave netamente política. 
Son herederas de un modo de pensar la militancia que se reivindica muchas veces en partidos autodenominados de izquierda, un modo de pensar la militancia como lucha directa, armada, como neoguerrilla. La nostalgia de un malentendido ideal guerrillero setentista, si unx escarba un poco, es lo que nutre muchas veces este posicionamiento en personas que se reivindican como activistxs, como militantes.
Hay un refrito del modo de accionar de la época de la dictadura que no sólo está descontextualizado sino que muchas veces está vacío de contenido, vacío de la formación de los grandes cuadros políticos que había entre los militantes de aquellos años. Poca formación y mucho aguante. La idea romántica de tomar la calle, de marchar, de ponerse un pañuelo sobre el rostro. 
Una concepción belicosa de la reinvidicación por una mayor justicia sobre aquellxs que son considerado lo diverso o lo inferior en la sociedad contemporánea, en este caso la mujer.
Aquí entonces se instaura no sólo una ética falluta, contradictoria, sino también una estética que resulta atractiva a la juventud. El mundo se cambia de la noche a la mañana y se cambia tomando la calle, pintando frases como "la única iglesia que ilumina es la que arde", linchando a los violadores ante la falaz acción de la justicia burguesa (real, concreta, sí).
Esta estética se devora debates necesarios, se devora preguntas necesarias, se devora el detenerse a pensar. En el momento actual, como bien decía una amiga, lo difícil es pararse un momento frente al hábito, frente a la rutina. Aunque esta sea la rutina de la norutina. 
Lamentablemente se consolida también en lo presuntamente incorrecto una corrección política, un estilo de lo antisistema, una crisálida común.
Y también, lo concretísimo de este tipo de acciones es que carecen de un verdadero pensamiento estratégico. 
Apuntan a un mundo sin machismo en su ideal pero creen fervientemente que el modo de ir hacia él es cortandole la pija a los violadores, llenando de aerosol las iglesias e insultando a los machistas.
Insultos que, muchas veces, reflejan concepciones ultramachistas: pitocorto, maricón, precoz, etc.
Ante la hegemonía del falo un regodeo del mismo, ante la agresión de los hombres cis una agresión de vuelta, ojo por ojo, concha por pija. 





2 NINGÚN PIBE NACE VIOLADOR



Ante la fatalidad de la noconciencia de una ideología imperante que atormenta a los hombres cis heteronormativos atravesandoles el cuerpo; su capacidad de satisfacer a una mujer, el mandato de hacerlo, la fijación en su pija (tamaño, erección, duración); la marginalización abierta, el desprecio.
Pareciera que no se puede repensar el lugar del hombre sin correr el riesgo de desfeminismizarse, o como muchxs sostienen: el territorio para pensar el lugar de los hombres tiene que salir de los hombres cis y no de las mujeres feministas.
La complejidad de la construcción de la masculinidad en el mundo machista parece ser vista a veces como un chiste, reducida al meme, sin profundización. Hay un libro muy interesante, de clave psicoanalítica, donde Silvia Bleichmar encara la problemática de esta construcción, se llama "Paradojas de la sexualidad masculina".
En lo que a este texto concierne voy a acercar una única argumentación que para mí muestra lo tenaz que es el ejercicio del machismo sobre los cuerpos de los hombres cis. Sobre mi cuerpo. 
El modo en que la "potestad" de ser hombre es siempre un territorio en riesgo.
En el modo de relación que se establece con la mujer cis (o quién cumpla en realidad el rol pasivo, ya que esta lógica se repite tal cual en relaciones homosexuales), en el "éxito" o "fracaso" de las conquistas y del goce de esx otrx (más bien la idea de goce que se construye sobre esx otrx) se valida o no la pertenencia IDENTITARIA del hombre cis heteronormado.
Ser hombre es un "tesoro" siempre a punto de ser robado, de ser falseado. En evaluación permanente, el boncha deberá sostener todo el tiempo un discurso sin fisuras donde su debilidad esté tapada, su sexualidad unidireccionada y su "propiedad" cuidada.
Revés de la mujer como constante objeto de deseo, el hombre como sujeto deseante sin pausa. Si deja de querer coger, es puto. Si su novia coge con otros, es puto. Si la tiene corta, nació para puto. 
Si es puto, no es hombre. 
Sino se apropia del otrx objetualizandolx de manera feroz, no es hombre.
No sostengo que las violaciones sean todas producto de esta faceta de la construcción de la masculinidad pero espero sin embargo que sirva como pequeña prueba de los modos en que la violencia se ejerce contra el propio agresor antes de exteriorizarse. 
Modos complejos que muchas veces no son siquiera considerados, convirtiéndose los agresores en monstruos. Lo que acaban las mujeres con su muerte, con su destrucción, crece antes como un tumor en los cuerpos de los hombres.
Sin comparar las situaciones de agresor-agredidx, y ferozmente en contra de la violencia de género, creo que es hora de iluminar la parte sumergida del iceberg. Para poder realmente accionar de manera transformadora.
La idea masiva en ciertos colecivos es que la acción es el escrache violento, la castrada o sus derivados -al menos en el discurso-, y no la verdadera transformación de lo que subyace a esas acciones que lamentablemente son moneda corriente.






3 CUESTIÓN FRUTAL: BANANAS, DURAZNOS, MELONES



Hago un propio repudio: en un viejo trabajo documental que hicimos en el año 2012, Reset, unx de los entrevistadxs dice que "tener pija es ser una persona privilegiada". Luego se corrige y dice "se piensa que es una persona privilegiada" pero de todos modos no problematiza la afirmación. 
Un grupo de amigos cis, heterosexuales, quedó muy disgustado con ese trabajo porque se habían sentido atacados. En ese momento no pude comprender por qué y me enojé, me pareció una actitud reaccionaria. Ahora creo poder entender qué cuestiones pueden ser leídas como una ofensa.
Tener una pija no es de por sí un privilegio, en todo caso es un atributo cargado de significación de poder y leído como privilegio pero por el cuál hay que pagar. Caro.
En principio no basta con que sea eventualmente una pija, tiene que ser una pija grande, gorda y de erección firme, una pija que aguante en el coito lo suficiente como para hacer gozar, una pija omnipotente que, como lo construye-demuestra el porno, es la real protagonista de los encuentros sexuales. Una pija en permanente competencia con pijas fantasmagóricas, enemigas, que se disputan el poder del "hacer gozar".
El hombre no porta a la pija sino que como el reloj cortazariano es portado. Su cuerpo, la magnificencia de la piel, de los recovecos, queda (como sucede con los agujeros y las tetas en las mujeres) subsumido en su pija. 
El recetario heteronormado de la relación sexual es el orden de las paradas en el paseo que este órgano independizado va a ejercer sobre el cuerpo de la mujer.


4 ANTIPEDRADA



"La eficacia de la dominación moderna residiría 
en el desconocimiento de esta heteronomía: 
el sujeto trabaja para el señor -para la "gloria" o para el goce del señor - 
suponiendo que lo hace para sí. 
El sujeto le suministra al señor un cuerpo, un cuerpo consagrado 
a la reproducción material del orden establecido, 
pero lo hace como si ese cuerpo fuera su propiedad privada.
 Que el individuo sienta que hay un núcleo íntimo que se sustrae 
a la exterioridad de los rituales públicos, 
no es una prueba de los límites de la interpelación sino de su eficacias: 
la ideología funciona cuando el sujeto 
no se experimenta a sí mismo como un agente al servicio de ella;
la ideología funciona cuando el individuo
 no percibe la interpelación como una prescripción 
sino como una descripción objetiva de lo que él es."

"El señor, el amante y el poeta", Dardo Scavino



Quién no este atravesado por el machismo que arroje la primera piedra.
Lo crucial de esta discusión es que no basta arrojar sobre el/la/le Otrx al monstruo. Sino poder reconocerlo en unx, apropiarlo, redefinirlo, redesearlo.
Nuestro deseo corre tensado por esa ley. Menester conocerla. Ser responsable de ella.
Entonces cuando sea el otro, cuando lo abominable aparezca; la violación en sus mil formas; cargarse de esa rabia y luchar por una justa condena pero poder capitalizarla en un trayecto de acciones más amplio que comprendan que ese violador es un ser enajenado que reproduce una ley que lo comanda. 
Y que la verdadera batalla, la que erradica esos actos de extrema violencia, se da transformando a los potenciales agresores en compañeros feministas, no amenazando con licuarles su "parte maldita".
Por eso los "hombres" y la heterosexualidad tienen que ser temas de agenda permanente, campos de batalla en la lucha feminista, no el enemigo.


POSDATA



Un texto ardido de lucidez de Effy Beth, para quienes quieran profundizar algunas cuestiones aquí tratadas:
LA H MUDA








1 comentario:

  1. Yo creo que alguien que sufrio alguna violacion, o tiene amigos o familiares que la han sufrido vale el argumento. Porque se sienten vacias, frustradas, sustraidas en sus cosas mas intimas. Como alguien al que asaltaron y busca vengarse del ladron. Esta bien que lo muestren en la tv para que la sociedad sepa. Pero tampoco que lo repitan hasta el hartazgo. Porque eso tambien es generar mas violencia.
    Pero por otra parte lo que esta mal es el sistema. Programas de tv donde muestran los cuerpos como cosas, equipos femeninos de hockey, handball, etc donde en vez de entrenarlos una mujer tienen de DT a un hombre. Cosa que no sucede en los equipos masculinos. Las pocas mujeres sindicalistas. Tampoco se ven mujeres manejando micros, colectivos, etc
    Para mi el paro de mujeres es algo positivo. Para demostrar que ellas tambien tienen fuerzas. Despues tambien estaria bueno que reclamen por cosas como las que me parece a mi y comente anteriormente, son importantes. La mayoria de las maestras son mujeres. Y el que esta al frente del paro es un hombre. O que en la politica se elimine el cupo femenino que tambien es como ponerlas en grado de inferioridad. Que sea 50% para cada uno o libre. Que llegue por sus cualidades mas alla de ser hombre o mujer
    Eso es lo que me parece a mi. No se. Un abrazo

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